Santiago de Cuba a tres meses de Sandy
- Publicado por: lena campos
- 01 / 30 / 2013
A los que experimentaron la masiva destrucción que dejó el huracán Sandy a su paso por Santiago de Cuba les resultará difícil de creer cómo tres meses después, todas las calles están libres de basura, se han restablecido por completo los servicios de agua, electricidad y teléfono, miles de techos han sido reemplazados y cientos de casas han sido reparadas o construidas.
La mayoría de los servicios públicos están de vuelta en la calle, los negocios han reabierto, se plantan nuevos árboles, nuevos autobuses llegan a la ciudad, las calles están siendo repavimentadas y las carreteras reparadas.
Menos visible y enmascarado con la recuperación positiva de Sandy, se encuentra el aumento considerable del desempleo, un fuerte incremento del costo de la vida, una disminución notable en el suministro de alimentos, especialmente productos agrícolas, y la proliferación de pequeños hurtos, ira y el aumento de la violencia.
Numerosos brotes epidemiológicos de enfermedades mortales asociadas al agua y relacionadas con la pobreza han llevado a duplicar las medidas sanitarias, las hospitalizaciones y la ansiedad en la población.
Pero al igual que la masiva recuperación que tuvo lugar después de la destrucción ocasionada por Sandy, Cuba cuenta con recursos poderosos y disponibles a su alcance, que son capaces de revertir estos males sociales y promover el desarrollo que requieren estas zonas.
Esta ciudad tiene la ubicación geográfica más privilegiada de la región oriental, con la mayoría de los países vecinos a una distancia entre 1 a 2,5 horas de vuelo.
En cierta medida Santiago de Cuba, Guantánamo y Holguín mantienen lo más fuertes vínculos históricos, culturales, étnicos, religiosos, filiares, culinarios y lingüísticos con el Caribe, a diferencia del latinizado Occidente de Cuba.
Es en el Oriente de la Isla donde encontramos cientos de miles de profesionales de todas las esferas de la actividad humana con nombres anglo-francos.
Fue en las islas del Caribe donde Mariana Grajales, madre de la nación cubana, encontró refugio, murió y estuvo sepultada durante décadas. Aquí los cubanos derramaron su sangre en defensa de Granada y algunos están enterrados bajo las aguas de Barbados.
Es en el Caribe donde Cuba ha encontrado siempre un apoyo moral, literario y político incondicional, lo que llevó a Jamaica, Trinidad y Tobago, Barbados y Guyana a restablecer las relaciones diplomáticas en 1972, a pesar de las terribles amenazas de represalias por parte del Departamento de Estado de Estados Unidos.
¿Cómo se explica que después de 50 años de apoyo político leal, firme e indiscutible hacia Cuba, Santiago sólo mantiene con la región relaciones diplomáticas formales, conexiones aéreas mínimas, ningún vínculo por mar, ninguna política para restablecer y fortalecer los vínculos familiares, comercio insignificante, ningún turismo y limitados intercambios de salud, educación, deporte y cultura.
¿Puede ser esta la manera de fomentar, desarrollar y perpetuar un verdadero historial de amor, amistad y solidaridad?
¿Qué motiva a los altos funcionarios del gobierno cubano a volar de 10 a 15 horas a países lejanos en busca de colaboración, turismo, negocios y solidaridad, mientras ignoran completamente a los amigos que tenemos literalmente al doblar de la esquina.
Además de lo dicho anteriormente, Cuba tiene una deuda de gratitud impagable con cientos de miles de trabajadores inmigrantes del Caribe, que durante el siglo XX brindaron mano de obra esclava bajo condiciones infrahumanas, su sudor, sus lágrimas, sangre y sus vidas en cientos de cañaverales en todo el Oriente, Camagüey, Las Villas y Matanzas, lo que convirtió a Cuba en el mayor productor de azúcar del mundo.
Los amigos deben ser tratados de manera diferente. La flexibilización de las regulaciones de viajes en Cuba debería permitir que miles de profesionales cubanos con lazos familiares en cada una de estas islas, puedan ganar un salario decente por la prestación de servicios en los países de sus progenitores.
Del mismo modo, una política migratoria ordenada debe permitir que miles de agricultores del Caribe vengan a Cuba a arrendar terrenos baldíos y produzcan alimentos necesarios para asegurar las necesidades del país y exportar. Se deben fortalecer los intercambios sociales, deportivos y culturales.
La frustración, la desesperación y la esperanza coexisten hoy en Santiago de Cuba al igual que en muchas islas del Caribe. La integración, colaboración y desarrollo con nuestros vecinos más cercanos es todo lo que necesita hacer nuestro pueblo y sus dirigentes.
Fuente: Havana Times
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